El proceso de romanización. El legado cultural de la Hispania romana
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El concepto de romanización
Para hablar del proceso de romanización habría que delimitar primero lo que se entiendo por “romanización” y en este sentido el concepto de romanización alude a la integración plena de una sociedad determinada, en este caso la hispana, en el conjunto del mundo romano, incluyendo los mas variados aspectos: dominación del territorio, adaptación a la sociedad, política , economía y cultura romanas... etc. Es decir un fenómeno de aculturación. Los pueblos indígenas, íberos celtas y celtiberos fueron asimilando una cultura “superior” la romana y de hecho al final del proceso , que no fue homogéneo como después analizaremos , quedaron integrados en la estructura administrativa provincial de Roma.
La romanización es un momento clave de la historia cultural de los pueblos de la península. En ella podemos distinguir varios aspectos básicos
- El latín se impuso como lengua común…las culturas prerromanas perdieron su lengua y la práctica totalidad de sus costumbres ancestrales, a excepción del euskera , que sobrevivio en las laderas occidentales de los Pirineos donde la influencia romana no fue tan intensa.
- El derecho romano (leyes, concepción del estado, administración provincial...)
- La religión politeísta romana y, posteriormente el cristianismo se difundió por el imperio romano y también por Hispania.
- El arte y el urbanismo, de los que aún quedan numerosos testimonios por todo el territorio peninsular
El proceso de romanización
En cuanto al proceso de aculturación que lleva implícita la romanización hay que destacar que fue desigual en el espacio y en el tiempo debido fundamentalmente diversos factores:
- El complejo proceso de etnogénesis que ofrece la Península Ibérica a lo largo del I milenio a.C., en el que se formaron los diversos pueblos prerromanos a los que se enfrentarían los romanos. De este modo se explica que, a la llegada de Roma, Hispania ofreciera una mayor diversidad étnica y cultural que cualquier otra región europea, sin excluir la misma Italia o los Balcanes, dado su claro gradiente de diferenciación cultural de Norte a Sur y de Este a Oeste. Dependiendo de la zona la romanización fue más o menos intensa. De este modo, la costa mediterránea, habitada antes de la llegada de los romanos por los pueblos íberos que ya habían tenido un primer proceso de aculturación en sus contactos comerciales y culturales con griegos y fenicios, adoptó con relativa rapidez el modo de vida romano. Y es que la civilización romana era mucho más refinada que la de los pobladores de la Hispania prerromana, lo cual favorecía su adopción por estos pueblos. Roma padecía además una fuerte tendencia al chauvinismo que le hacía despreciar a las culturas foráneas, a las cuales denominaba en general «bárbaras», por lo que cualquier relación fluida con la metrópoli pasaba por imitar el modo de vida de ésta. Es por lo que para la elite social del periodo anterior no resultó un sacrificio, sino más bien al contrario, convertirse en la nueva élite hispano-romana, pasando del austero modo de vida anterior a disfrutar de las «comodidades» de los servicios de las nuevas «urbis» y de la estabilidad política que el Imperio traía consigo.
- Al proceso mismo de la Conquista de 2 siglos. La romanización fue pareja a la expansión y a las diversas fases de la conquista, pues no en vano fueron los integrantes del ejército los primeros en contribuir a la difusión de la civilización romana.
Después, a través de las mismas vías trazadas - en muchos casos siguiendo el trayecto previamente utilizado ya por los pueblos prerromanos - para desplegar la potente maquinaria bélica, con objetivos militares precisos de conquista y dominio, elementos más pacíficos de la sociedad, particularmente los comerciantes, iniciaron y perfeccionaron las operaciones comerciales y, con el tiempo, aquellos intercambios implicaron también la difusión no sólo de materias primas y otros bienes sino el conocimiento del latín, el flujo de personas, ideas y creencias. La fundación de centros urbanos y el creciente establecimiento de colonos itálicos en las tierras de cultivo serían también fundamentales en dicho proceso. Y por supuesto, al margen de casos puntuales, la política del estado romano, cuyo despliegue en la concesión de derechos con el fin de procurar la integración a todo pueblo que aceptara la soberanía y los principios de Roma propició y aceleró el proceso de romanización.
- El factor predominante en la conquista fue el económico. Sólo la necesidad de controlar el territorio, la población y los recursos llevaron a la paulatina romanización de los hispanos. Se puede decir que La romanización fue consecuencia de incluir Hispania en el círculo económico romano, para lo que era necesario un control tanto del territorio como de los recursos y de la capacidad de su explotación, lo que se conseguía gracias a una avanzada ingeniería (por ej. vías para control espacio), un control administrativo unitario y una potenciación del mundo urbano. Es por ello que otros factores culturales como la unidad lingüística, religiosa o política quedasen en un segundo plano.
Y este sentido habría que plantearse el porqué la conquista completa de la Península duró tanto tiempo (200 años) (la conquista de La Galia por Julio César le llevó sólo del 58 al 51 a.d.C. :
- La conquista del norte peninsular no revestía el mismo atractivo para Roma desde el punto de vista estratégico, aunque las reservas minerales también eran un bocado bastante apetitoso. Por eso, quizás, se demoraron un poco en tomarse las cosas en serio. Y es que Roma, en su proceso histórico estaba atravesando problemas internos (continuas guerras civiles (Mario-Sila), el asesinato de Julio César, las guerras entre Marco Antonio y Octavio…etc). Posiblemente, sólo después de que Marco Antonio y Cleopatra (rivales de Octavio en la lucha por el poder imperial) fueran eliminados, Octavio decidió acometer la conquista del Norte.
- Además, la orografía y el carácter de las tribus locales complicaban aún más la situación, y hacían que la empresa fuera poco rentable. Muchas molestias para tan poco pastel. Económicamente, la zona más interesante para Roma era el Levante, con poderosos centros de comercio y que les permitiría controlar el Mediterráneo(“ MARE NOSTRUM”. Y eso fue lo primero que conquistaron, aprovechando las guerras púnicas.
- Las dificultades para el sometimiento total de Hispania eran evidentes: no es lo mismo conquistar un oppidum que conlleva controlar un amplio territorio (Galia y Sur y levante peninsular, luego también la celtiberia) que un territorio con poblamiento disperso en castros con escasa integración social y económica.
De hecho muchos historiadores romanos magnificaron las Guerras cántabro-astures para ensalzar la imagen de Octavio ante Roma, de lo que estaba bastante necesitado después de la accidentada sucesión de Julio César (“ el marketing político no lo inventaron los americanos”…)
Realmente la máquina militar romana no hubiera tenido muchos problemas en arrasar Hispania (tribus mal avenidas entre ellas (lo que facilitaba la política del divide y vencerás), muchos de ellos poco interesados en pelear y los otros con escasa organización como para enfrentarse a las legiones. Por lo que la conquista si duró tanto fue porque estuvo relacionada con las necesidades puntuales de la política romana.
Por tanto si Roma tardó dos siglos en tener el control político sobre todas las regiones de Hispania no se debió al “valor de los numantinos”, al “genio militar de Viriato” o a lo “ingobernables” que resultaban los indígenas hispanos(….) la progresiva conquista responde a varios proyectos de Roma no a un único plan prefijado inicialmente a fines del siglo III a. d. C.
Los conflictos armados romanos no fueron continuos pudiendo establecer (como luego pasaría en los “8 siglos de reconquista cristiana”) varios periodos de paz y de colaboración con ciertos indígenas, lo cual también resultó fundamental para la romanización.
El proceso de romanización llegó a su máxima expresión cuando el emperador Caracalla en el siglo III extendió la ciudadanía a todos los habitantes libres del Imperio. Hispania fue una de las provincias del imperio más romanizadas. Buena prueba de ello fue que varios emperadores nacieron en la península (Trajano, Adriano). También hubo importantes filósofos como Séneca y escritores como Quintiliano y Marcial.
Enlaces externos
- Unidad Didáctica: La Antigua Roma, de Primeras Noticias (EducaRed)
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