Poema de Mío Cid
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El Manuscrito
El texto consta de 3730 versos, aunque faltan uno o dos folios del principio y otros tantos en el interior, que se han podido reconstruir gracias a la Crónica de los veinte reyes.
En el explicit se lee que Per Abbat le escribió en el mes de mayo. En era de mill CC XLV. La era es la del César, que se inicia en el 38 a.C., de modo que se fecha en 1207 de la era cristiana. Era normal que los copistas dieran su nombre, como hace Per Abbat, de modo que su copia dataría de mediados del XIV, fecha del pergamino. Sin embargo son muchas las dudas que presenta tanto su datación como su autoría.
Autor y fecha
Menéndez Pidal
Estima que el hueco que hay en la fecha, En era de mill CC XLV, se debe a que falta una C porque los números romanos no se escribían separados. De modo que la copia de Per Abbat sería de 1307. En cuanto al autor, apunta que fue escrito hacia 1140 por un vecino de Medinaceli tras la muerte del Cid en el 1099. Sin embargo rectifica esta primera hipótesis en favor de una autoría compartida:
- Un primer autor, juglar de San Esteban de Gormaz, lo escribe entre 1103 y 1109. A él se deben los mínimos detalles históricos y la elaboración del plan general de la obra, aunque sólo llevó a cabo la primera parte y algo de la segunda, donde predominan las tiradas cortas y las rimas difíciles.
- Un segundo juglar, de Medinaceli, recreó el resto del poema hacia 1140. Continuó el segundo cantar e hizo el tercero, mucho menos épico e histórico. Se delata peor versificador que el San Esteban, pues predominan las tiradas largas y con rima fácil en á-e, á-o y ó-e.
Nicasio Salvador
Considera que el autor es un clérigo que recoge la tradición oral de muchos autores (un juglar no conocería tantos datos eruditos) y que se compuso a finales del XII, pues antes aún vivirían los Infantes de Carrión y nadie se hubiera atrevido a ofenderlos.
Colin Smith
Está de acuerdo con Salvador en que un juglar no conocería tantos datos eruditos, pero también afirma que un clérigo no confundiría al abad de Cardeña, Sisebuto, con el abad Sancho. Este investigador piensa que el autor es Per Abbat, un jurista, por la importancia que se le da a las cortes en detrimento del duelo; y que los datos históricos provienen de las crónicas, por lo que el poema se compuso en 1207.
Alberto Montaner
Concluye en su edición del año 2000 que
- el Cantar se compuso entre fines del siglo XII y principios del siglo XIII, (de 1195 a 1207),
- hay un único autor,
- conocía la zona aledaña a Burgos,
- era culto y con profundos conocimientos jurídicos, pudiendo ser notario o letrado.
Estructura y argumento
El Poema se divide en tres partes o cantares : cantar del Destierro, Cantar de las bodas y Cantar de la afrenta de Corpes
Cantar del Destierro (vv. 1–1.086)
El poema se inicia con el destierro del Cid, primer motivo de deshonra, tras haber sido acusado de robo. Este deshonor supone también el ser desposeído de sus heredades o posesiones en Vivar y privado de la patria potestad de su familia.
El Cid sale de Vivar y llega a Burgos, donde nadie se atreve a darle asilo por temor a las represalias del rey. Allí se aprovecha de la avaricia de unos judíos. Seguidamente se dirige al monasterio de San Pedro de Cardeña para despedirse de su esposa, doña Jimena, y de sus dos hijas, a las que deja confiadas al abad de dicho monasterio. Entra luego en tierra de moros, a los que vence en varias ocasiones, recogiendo un rico botín del que envía parte al rey. Continúa sus correrías y derrota y prende al conde Barcelona, liberándole poco después.
Cantar de las Bodas (vv. 1.087–2.277)
Refiere fundamentalmente la conquista de Valencia. El Cid vence al rey moro de Sevilla y envía un nuevo presente al rey Alfonso VI, lo que permite el reencuentro del Cid con su familia. Poco después la ciudad es sitiada por el rey de Marruecos; el Cid le derrota y envía un tercer presente al rey Alfonso. Los infantes de Carrión solicitan al monarca de Castilla las hijas del Cid en matrimonio, quien interviene para lograr el consentimiento del padre y lo perdona solemnemente. Con los preparativos de la boda termina el segundo cantar.
Cantar de la afrenta de Corpes (vv. 2.278–3.730)
Los infantes de Carrión quedan en ridículo ante los cortesanos del Cid por su cobardía en el campo de batalla y por el pánico que demuestran a la vista de un león escapado. Deciden entonces vengar las burlas de que han sido objeto. Para ello parten de Valencia con sus mujeres y, al llegar al robledal de Corpes, las abandonan, después de azotarlas. El Cid pide justicia al rey. Convocadas las cortes en Toledo, los guerreros del Campeador desafían y vencen a los infantes, que son declarados traidores. El Poema termina con las nuevas bodas de las hijas del Cid, doña Elvira y doña Sol, con los infantes de Navarra y Aragón.
Edmund de Chasca describe la trama como una serie de dientes de sierra en la que a cada caída de la honra del protagonista (el destierro y la afrenta de Corpes), sigue una exaltación aún mayor (perdón del rey y bodas reparatorias).
Análisis literario
Personajes
Rodrigo Díaz de Vivar
Se retrata como un personaje muy humano, pues se recalca su condición de padre y esposo. Se le atribuye una serie de características que lo marcan como héroe: es fiel (buen vasallo); es mesurado, no pasional; tiene sapientia, que no es sinónimo de cultura, sino de saber obrar con sentido común y según se espera de él; posee fortitudo (valentía) y es, después de vencedor, ponderado con el enemigo.
La familia
Juega un papel secundario y es pertinente para resaltar al buen padre y al buen esposo. Doña Jimena, Doña Elvira y Doña Sol cumplen el tópico medieval de mujeres sumisas, al servicio del héroe y sin personalidad. Tiene dos hijas: Sol y Elvira.
Los vasallos del Cid
- La mayoría son de criazón, es decir, criados con él.
- Los de soldada, es decir, pagados, se dividen a su vez en peones, que iban a pie; villanos, que no son caballeros, pero tienen caballo y espada, y otros caballeros que no son de criazón y que forman una minoría.
Lo que sí es cierto es que todos son dignos de su señor porque la bondad del señorío, según el tópico medieval, es comunicable.
Minaya Alvar Fañez; Martin Antolinez; Pedro Bermudez; Muño Gustioz; Martin Muñoz; Alvar Salvadorez; Alvar Alvarez; Galindo Garcia; Felix Muñoz.
Los cristianos-enemigos
Son García Ordóñez y los Infantes de Carrión. Pertenecen a la alta nobleza e invierten todas las cualidades del Cid.
El rey
Alfonso VI está por encima de todos: nunca es criticado y representa la ira regia.
Los árabes
Aparecen como dignos enemigos y en algunas ocasiones como aliados.
Métrica
El poema, tal y como se nos ha conservado, se compone de 3733 versos anisosilábicos (la medida oscila entre las 10 y las 20 sílabas) con rima asonante. Están divididos en hemistiquios de entre cuatro y trece sílabas (aunque predominan los de siete).
Los versos se agrupan en tiradas épicas de extensión variable, que pueden unirse mediante versos de encadenamiento (se inicia una tirada con el mismo verso que acabó la anterior).
Rasgos estilísticos
Son los propios de oralidad épica:
- Fórmulas: grupo de palabras repetidas en las mismas condiciones métricas y que expresan una misma idea esencial, como los epítetos épicos: el que en buen ora nasció.
- Visualización de las escenas de emocionantes mediante expresiones señaladoras (deícticas).
- Se usa con cierta frecuencia el pleonasmo (llorando de los ojos) que intensifica la expresión emotiva.
- Temas: lugares comunes como, por ejemplo, la descripción de una batalla.
- Motivos: partes de un tema frecuente repetidos: el correr de la sangre.
- Fórmulas fáticas: expresiones para atraer la atención del público (oíd, viéredes,...); en estos casos el autor se introduce en la obra haciendo sus propios comentarios.
- Fórmulas exclamativas. Por ejemplo ¡Dios + que + adjetivo!
- Binomios inclusivos: por ejemplo, hombres e mugieres por "todo el mundo".
Enlaces externos
- Página de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes dedicada al Cantar de Mío Cid.
- Edición interactiva con texto, concordancias en html y notas.
- Paola D’Avella, Antonella Scarnecchia y Cinzia Xodo. Análisis de las figuras femeninas del Poema de mio Cid.
- Mabel I. Caballero y Alejandro I. Luna. Elementos árabes en el Cantar del Mío Cid.
- Guillermo Fernández Rodríguez-Escalona. Sobre la métrica del Cantar de Mio Cid. Deslindes previos.
- Madeleine Komé Koloto de Dikanda. La ira regia en el Poema de mio Cid.
- Enric Mallorquí Ruscalleda. La Configuración del Protagonista en el Cantar del Mío Cid.
- Verónica Andrea Ruscio. Las pruebas del héroe maduro. El esquema del héroe en el Cantar del Mio Cid.
Ir a La Edad Media o a La épica medieval. Los cantares de gesta