Surrealismo
De Wikillerato
(2 ediciones intermedias no se muestran.) |
Revisión actual
El Surrealismo es un movimiento de vanguardia artística creado en 1924 tras el Manifiesto Surrealista de André Breton, guía espiritual del mismo. Inicialmente literario, afectó a todas las artes y terminó siendo una actitud vital, un intento de transformar la sociedad burguesa.
El Surrealismo libró a la pintura de su larga sumisión a la imagen realista y del concepto de espacio heredado del Renacimiento, dando rienda suelta al artista para expresar sus sentimientos e impulsos más íntimos. Influido por el psicoanálisis de Freud y las doctrinas revolucionarias de la época, el Surrealismo supo dar cauce a vagos impulsos renovadores latentes en la intelectualidad surgida de la primera postguerra. Es heredero del movimiento Dadá.
El Surrealismo se extenderá desde 1924 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, siendo su período más floreciente el de 1924 a 1928.
Tabla de contenidos |
La pintura surrealista
Características
Los pintores surrealistas trataban de liberar la imaginación accediendo al subconsciente, lo más profundo del ser humano, que afloraba a través de los sueños. Como ideal estético se proponían lo maravilloso, reuniendo dos objetos incongruentes en un contexto ajeno a ambos; el propósito de los surrealistas no era «hacer arte», sino explorar posibilidades.
Su tema principal era el mundo de los sueños. En técnicas usaban el automatismo, que consiste en dibujar o escribir sin aparente lógica, dejando a la mano libre; la desorientación reflexiva, por la que asociaban objetos extraños, surgidos libremente del subconsciente, en espacios lógicos y realistas, y el frottage, o dibujo obtenido mediante frotamiento de la superficie de los objetos. También empleaban otras técnicas dadás como el fotomontaje, el objeto encontrado, los materiales de deshecho, etc.
Representantes
Un precursor del Surrealismo es el pintor ruso Marc Chagall (1887-1985) que se instaló en 1910 en Paris, la capital artística del mundo, y formó parte de la llamada Escuela de París. Su estilo es tan personal e imaginativo que resulta difícil enclavarlo en ningún movimiento. Su pintura se caracteriza por los brillantes colores e imágenes deliciosamente infantiles y líricas sacadas del folklore judío de su tierra natal. En sus obras hay también elementos expresionistas y cubistas. Sus cuadros más conocidos son Autorretrato con siete dedos, en que se puede ver la influencia cubista, y La aldea y yo. Diseñó también de las vidrieras de la catedral de Metz.
El Surrealismo tiene dos modalidades:
- la objetiva o figurativa, que emplea una técnica casi fotográfica para imitar la realidad. A ella pertenecen Dalí, Magritte, Ernst o Delvaux.
- la antiobjetiva o de formas más o menos abstractas, de un lenguaje casi poético. En ella están Miró, Tanguy o Matta.
Corriente objetiva o figurativa
El catalán Salvador Dalí (1904-1989) es el más extravagante de todo el grupo. En sus telas dio realidad a sus delirios y obsesiones, aplicando el método paranoico-crítico de su invención. Su estilo se caracteriza por un dibujo academicista y de gran exactitud, una luz muy clara y figuras alargadas y descompuestas siempre inquietantes. Su actitud megalómana y provocadora, así como su desmedido amor al dinero, escandalizó a los surrrealistas, que lo expulsaron del grupo en 1933. Otro motivo de alejamiento fue la simpatía que mostró al bando franquista durante la Guerra Civil española. En los años 40 se instaló en Estados Unidos y su pintura se volvió más conservadora. Sus obras más conocidas son La persistencia de la memoria, con sus perturbadores relojes blandos y al fondo los acantilados de Cadaqués, El gran masturbador y Premonición de la Guerra Civil, con monstruosas y terribles figuras. En sus obras posteriores como Leda atómica, en que pintó a su esposa y musa Gala, y las religiosas La Madonna de Port Lligat y El Cristo de San Juan de la Cruz mostró un sentido más clásico del espacio.
El belga René Magritte (1898-1967) componía lienzos llenos de imaginación. Pintaba con gran realismo objetos cotidianos y los combinaba de forma incongruente y absurda. Sus graciosas telas son una mezcla de humor y poesía, cargadas de enigmas y símbolos. Son muy conocidas Delirios de grandeza, con un cuerpo humano fragmentado, El tiempo detenido que muestra un tren saliendo de la chimenea de una habitación, y La voz de los vientos con unos pesados globos que flotan.
Max Ernst (1891-1976) fue una figura destacada del Dadaísmo y posteriormente pasó al Surrealismo. Fue el adaptador de técnicas como el collage, la calcomanía y el fotomontaje al estilo surrealista y el inventor de nuevas técnicas como el frotagge que proporciona calidades oníricas a sus obras más conocidas, una serie de paisajes fantásticos que sugieren extraños bosques pétreos, mezcla de pesadilla y poesía (Selvas, Napoleón en el desierto, Europa tras la lluvia).
El belga Paul Delvaux (1897-1994) estaba obsesionado por la figura femenina ideal, desnuda o vestida, a la que situaba en espacios irreales, como soñados, pero ejecutados con gran precisión (La ciudad dormida, La vía pública).
Corriente antiobjetiva o poética
Joan Miró (1893-1983) El pintor catalán es el máximo representante de esta corriente. Su pintura, elaborada con colores puros y tintas planas, estaba llena de fantasía, alegre, lúdica, lírica (el cielo, las estrellas, la música...). Su estilo se hizo cada vez más simple y personal, con formas biomórficas dibujadas de manera infantil. Entre sus obras destacan El carnaval de Arlequín, Mujer, pájaro y estrella, El oro del azul del cielo. Miró fue también escultor y ceramista (Edificio de la UNESCO en París, Noche y día). En Barcelona, su ciudad natal, tiene un museo, la Fundación Miró.
El francés Yves Tanguy (1900-1985) pintó misteriosos paisajes de sueño, como de fondos marinos o de otro planeta, llenos de objetos misteriosos y sensación de infinito como El tiempo amueblado.
Roberto Matta (1912) un pintor chileno, se unió mucho más tarde el movimiento surrealista. Emigrado a Estados Unidos en 1939, sus lienzos derrochan formas casi abstractas de brillantes colores y mucho movimiento (Escuchando la vida).
La escultura surrealista
Casi todos los pintores surrealistas hicieron alguna escultura como el polifacético Ernst que realizó obras en yeso o bronce como Edipo rey (1934), Espárragos lunares (1935) y Miró que combinaba cuerda, alambres y chapas de metal (Pájaro lunar, 1968).
Los más importantes escultores fueron:
- Jean Arp (1887-1966), tras su etapa Dada donde había hecho relieves coloreados, pasó al Surrealismo realizando, en piedra y bronce, composiciones exentas con formas ovaladas o curvas como en Concreción humana. Evolucionó posteriormente hacia la abstracción geométrica.
- El suizo Albert Giacometti (1901-1966) tras unos inicios cubistas tuvo una etapa surrealista de 1930 a 1934, en que se separó del movimiento. Preocupado por la figura humana, sus esculturas eran de poca masa, «una especie de esqueletos en el espacio» según su definición, de yeso, madera o metales. Destacan La mujer degollada (1932) y Objeto invisible (1934), una melancólica figura femenina. Sin embargo su obra más conocida pertenece al Expresionismo y es posterior a la Segunda Guerra Mundial, con sus figuras alargadas y consumidas, aisladas o en grupo, que expresan la soledad del hombre contemporáneo, como Hombre que zozobra (1950).
- El español Alberto Sánchez (1895-1962) realizó unas originales y estilizadas figuras con huecos sugerentes, cargadas de poesía como El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella (1937). Tras la guerra civil se exilió en la URSS donde murió.
Véase también
Enlaces Externos
También te pueden interesar los siguientes ejercicios resueltos de selectividad