Libro de Apolonio
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- | + | Apolonio, rey de Tiro, viaja hasta Antioquía para pedir la mano de la hija del rey, pero éste ha puesto como condición que el pretendiente debe acertar una adivinanza. Apolonio lo hace; sin embargo, el monarca no reconoce su derrota e intenta asesinarlo. El protagonista, avergonzado, abandona su ciudad y llega a Tarso. Cuando se vuelve a echar a la mar, naufraga frente a las costas de Pentápolis y lo pierde todo. Allí conoce al rey Architrastres y se gana su amistad. Finalmente, se casa con la Luciana, hija del monarca. Sabedor de que Antíoco ha muerto y que el pueblo de Antioquía lo quiere por rey, decide encaminarse allí con su esposa embarazada. Durante la travesía nace Tarsiana y Luciana parece haber fallecido en el parto. La arrojan al mar y es encontrada por un médico de Éfeso, quien consigue reanimarla. Para proteger su honor, Luciana entra en un convento. | |
Mientras tanto, Tarsiana y Apolonio llegan a Tarso. Allí deja a la niña y parte solo hacia Antioquía. Tarsiana va creciendo en sabiduría y belleza. Dionisa, la mujer que la tiene acogida, decide -por envidia- matarla. Cuando se va a consumar el crimen, unos piratas la raptan y la venden a un prostíbulo de Mitalena. La joven consigue que sus clientes no la mancillen y se ofrece al dueño para trabajar como juglaresa, mester ''qu´es más sin pecado, / que es más ganancioso y es más hondrado.'' (copla 422) Allí se enamora de ella Antinágora. | Mientras tanto, Tarsiana y Apolonio llegan a Tarso. Allí deja a la niña y parte solo hacia Antioquía. Tarsiana va creciendo en sabiduría y belleza. Dionisa, la mujer que la tiene acogida, decide -por envidia- matarla. Cuando se va a consumar el crimen, unos piratas la raptan y la venden a un prostíbulo de Mitalena. La joven consigue que sus clientes no la mancillen y se ofrece al dueño para trabajar como juglaresa, mester ''qu´es más sin pecado, / que es más ganancioso y es más hondrado.'' (copla 422) Allí se enamora de ella Antinágora. |
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Datación y autoría
Como el Libro de Alexandre, también se le supone compuesto en la primera mitad del siglo XIII.
Del autor nada sabemos, excepto que debió ser clérigo y que podría ser natural del Alto Aragón o leonés.
Argumento
Apolonio, rey de Tiro, viaja hasta Antioquía para pedir la mano de la hija del rey, pero éste ha puesto como condición que el pretendiente debe acertar una adivinanza. Apolonio lo hace; sin embargo, el monarca no reconoce su derrota e intenta asesinarlo. El protagonista, avergonzado, abandona su ciudad y llega a Tarso. Cuando se vuelve a echar a la mar, naufraga frente a las costas de Pentápolis y lo pierde todo. Allí conoce al rey Architrastres y se gana su amistad. Finalmente, se casa con la Luciana, hija del monarca. Sabedor de que Antíoco ha muerto y que el pueblo de Antioquía lo quiere por rey, decide encaminarse allí con su esposa embarazada. Durante la travesía nace Tarsiana y Luciana parece haber fallecido en el parto. La arrojan al mar y es encontrada por un médico de Éfeso, quien consigue reanimarla. Para proteger su honor, Luciana entra en un convento.
Mientras tanto, Tarsiana y Apolonio llegan a Tarso. Allí deja a la niña y parte solo hacia Antioquía. Tarsiana va creciendo en sabiduría y belleza. Dionisa, la mujer que la tiene acogida, decide -por envidia- matarla. Cuando se va a consumar el crimen, unos piratas la raptan y la venden a un prostíbulo de Mitalena. La joven consigue que sus clientes no la mancillen y se ofrece al dueño para trabajar como juglaresa, mester qu´es más sin pecado, / que es más ganancioso y es más hondrado. (copla 422) Allí se enamora de ella Antinágora.
Tras diez años, Apolonio vuelve a Tarso. Dionisa le dice que la niña ha muerto y le enseña una tumba. Apolonio, porque es incapaz de llorar ante el túmulo, no la cree. De regreso a Tiro, una tormenta lleva a Apolonio hasta Mitalena, donde hace amistad con Antinágoras. Gracias a él, se reencuentra con su hija. Antinágoras pide su mano y el padre la concede. Apolonio quiere castigar a Dionisa, pero un ángel le dice que se encamine a Éfeso, donde encuentra a su esposa.
La familia al completo regresa a Tarso. Cuenta Apolonio al concejo la maldad de sus huéspedes y éstos son ejecutados. En Antioquía, el pueblo le ofrece a Apolonio la ciudad y éste se la cede a su yerno. De regreso a Pentápolis, nace el segundo hijo de Apolonio y Luciana. Al poco, muere Architrastres. Por fin, Apolonio regresa a Tiro, donde fincó el homne bueno mientre le dio Dios vida, / visco con su mujer vida dulce y sabrida; / cuando por fir deste sieglo la hora fue venida, / finó como buen rey en buena fin complida. (estrofa 650)
Bajo esta novela bizantina hay dos enseñanzas:
- El estado deste mundo siempre así andido, / cada día se camia, nunca quedo estido; (copla 134)
- pero hay que confiar en la Providencia divina porque Dios premia a los buenos y castiga a los malos.
Fuentes. Su tratamiento
La base de la narración es una famosa novela latino-medieval, la Historia Apolonii Regis Tyrii, escrita durante los siglos V y VI de nuestra era y atribuida a Celio Simposio, aunque en ocasiones sigue la Gesta Apolonii (siglo XI), el Pantheon de Godofredo de Viterbo (finales del siglo XI) y, posiblemente, textos coetáneos franceses y castellanos.
Ahora bien, el poeta castellano no es un mero traductor, sino que reelabora la materia original. Es decir (...) que manteniéndose fiel al espíritu y a la letra, vivifica aquél con lo que es la realidad de su tiempo y las exigencias de su lengua. (1) Así,
- suprime
- lo que no considera decoroso o mesurado. Por ejemplo, el incesto de Antioco se reduce a diez versos, consideraciones morales incluidas: Hobo en este comedio tal cosa a contir, / que es para en concejo vergüenza de decir. // El pecado, que nunca en paz suele seyer, / tanto pudo el malo volver y revolver, / que fizo a Antiocho en ella entender / tanto que se quería por su amor perder.// Hobo a lo peyor la cosa a venir, / que hobo su voluntat en ella a complir; / pero sin grado lo hobo ella de consentir, / que veydía que tal cosa non era de sofrir. (coplas 5-7);
- cualquier hecho maravilloso que se salga de unos límites de posibilidad (2);
- las repeticiones, abundantes en el texto latino;
- todo rastro de paganismo;
- acontecimientos que oscurecen el texto castellano. Es el caso del socorro a Tarso, ciudad de conducho menguada, / habié gran carastía, era de gente menguada, (copla 66). Ante el hambre del pueblo, Apolonio decide venderles víveres pero de buen mercado, / como valié en Tiro do lo hobe comprado. (estrofa 87). En agradecimiento, los habitantes ficieron en su nombre un ídolo labrar, / ficieron en un márbor el escrito notar / del bueno de Apolonio qué fizo en ese logar. (estrofa 96) La verdad es que la situación es un tanto absurda. En cambio, el texto latino añade que, como no era propio de un rey tomar el nombre de mercader, sino el donador, pretium, quod acceperat, utilitati eiusden ciuitatis redonauit (el dinero que aceptara, devolvió para el procomún de la propia ciudad) (3).
- Amplia
- para caracterizar a los personajes,
- cuando introduce alguna referencia religiosa,
- para dar vida al texto. Tal ocurre cuando Luciana va a cantar para Apolonio. Frente a la frase at ubi accepit, cum nimia dulcedine uocis cordarum sonos, melos cum uoce miscebat (4), el poeta castellano escribe dos estrofas (178 y 179): Aguisose la dueña, ficiéronle logar, / tempró bien la vihuella en un son natural; / dejó cayer el manto, parose en un brial, /comenzó una laude, homne non vio atal. // Facía fermosos sones y fermosos debaylados, / quedaba, a sabiendas, la voz a las vegadas; / facía a la vihuela decir puntos ortados, / semejaba que eran palabras afirmadas;
- para acercar las situaciones a su realidad. si el texto latino dice Rex autem post paucos dies tenens Apollonius manu forum petit et cum eo deambulauit (5), el poeta castellano propone: Hobo sabor un día el rey de cabalgar, / andar por el mercado, ribera de la mar; / fizo a Apolonio, su amigo, llamar, / rogole que saliese con él a deportar. // Prísolo por la mano, non lo quería mal, / vieron por la ribera mucho buen menestral, / burceses y burcesas, mucha buena señal, / sallieron al mercado, fuera al reyal. (coplas 201 y 202);
- para intensificar los datos del original mediante unos procedimientos que se juzgan artísticos (6);
- para facilitar la cabal comprensión del texto. (7)
La imagen del rey
Apolonio es un rey atípico: no le interesan las armas ni las conquistas, dos veces se le califica como caballero (coplas 360a y 459a) y sólo una vez se le alaba por una actividad física: en el juego de la pelota (estrofas 144-149). Por el contrario, desde el comienzo se nos presenta como un intelectual. Así, en la estrofa 22 se dice: Como era Apolonio de letras profundado. Y, más adelante, en la 31: Encerrose Apolonio en sus cámaras privadas, / do tenié sus escritos y sus estorias notadas; / rezó sus argumentos, las fazañas pasadas, / caldeas y latines, tres o cuatro vegadas.
Sin embargo, estos conocimientos no están completos si no tienen como piedra de toque la vida. Por eso el protagonista ha de recorrer todas esas aventuras y poner en práctica las enseñanzas y las virtudes aprendidas. El resultado final es la cortesía (componer un romance de nueva maestría / del buen rey Apolonio y de su cortesía. Estrofa 1). Concepto que, en este caso, engloba tanto la perfección moral como social.
Los elementos folclóricos
A pesar de ser un texto de carácter culto, tiene temas propios de las narraciones tradicionales. Algunos de ellos son:
- El incesto.
- Los enigmas (once nada menos: el de Antioco, el que Luciana escribe para mostrar su amor hacia Apolonio [estrofa 223] y los nueve que Tarsiana propone a su padre [coplas 505-523]).
- La belleza sin par de las princesas.
Notas
Sobre la prosificación del poema, véase.
El poema se cita por la edición en línea de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
(1) Libro de Apolonio. Tomo I. Estudios, ediciones y concordancias de Manuel Alvar. Valencia, Fundación Juan March-Editorial Castalia, 1976, p. 119.
(2) Libro de Apolonio. Tomo I. Estudios, ediciones y concordancias de Manuel Alvar. Valencia, Fundación Juan March-Editorial Castalia, 1976, p. 128.
(3) Libro de Apolonio. Tomo I. Estudios, ediciones y concordancias de Manuel Alvar. Valencia, Fundación Juan March-Editorial Castalia, 1976, p. 130.
(4) Libro de Apolonio. Tomo I. Estudios, ediciones y concordancias de Manuel Alvar. Valencia, Fundación Juan March-Editorial Castalia, 1976, p. 152.
(5) Libro de Apolonio. Tomo I. Estudios, ediciones y concordancias de Manuel Alvar. Valencia, Fundación Juan March-Editorial Castalia, 1976, p. 157.
(6) Libro de Apolonio. Tomo I. Estudios, ediciones y concordancias de Manuel Alvar. Valencia, Fundación Juan March-Editorial Castalia, 1976, p. 165.
(7) Libro de Apolonio. Tomo I. Estudios, ediciones y concordancias de Manuel Alvar. Valencia, Fundación Juan March-Editorial Castalia, 1976, p. 169.
Enlaces externos
- Edición digital.
- Edición en descarga directa.
- Sonia Cosenza y Neva Negri, El personaje de Tarsiana.
- Gonzalo Fernández, Una obra maestra de la literatura castellana del siglo XIII: el anónimo Libro De Apolonio.
- María Araceli Laurence, Poder y seducción en el Libro de Apolonio.
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