La pintura prehistórica

De Wikillerato

Revisión de 10:40 4 jul 2007

Además de las pinturas corporales y tatuajes, que no se han conservado, las primeras muestras de pinturas realizadas en las paredes de las cuevas - arte rupestre - son del Paleolítico Superior (35.000- 10.000 a. de C). El apogeo de la pintura parietal se produce en el periodo Magdaleniense

Los materiales empleados están sacados de sangre, plantas, tierras y minerales abundantes de la naturaleza. Hay policromía – los colores que predominan son rojos y en otros lugares, negros y ocres.

Las técnicas usadas son múltiples. Los colores se aplican soplando con la boca desde tubos de hueso, o con los dedos impregnados de pintura o aplicando la pintura disuelta en agua con palos y pinceles rudimentarios hechos de mechones de pelo o de musgo. A veces se cubre con rayas y puntos el interior de algunas figuras, mientras los contornos se dibujan en negro.

Los temas empleados son variados. Van desde los llamados “macarrones” (líneas trazadas sobre las paredes con los dedos), las impresiones de manos en negativo, los signos abstractos (cuadrículas, puntos, rayas, cruces) hasta las representaciones de animales (caballos, bisontes, mamuts, etc) y hombres, mucho menos numerosas y esquemáticas.

La finalidad de las pinturas no está clara. Hay diversas hipótesis. No se hacían sólo por placer estético, se considera que son un recurso de magia simpática para propiciar la caza- la representación de un objeto implica su posesión- Al estar situadas en partes profundas y poco accesibles de las cuevas, se piensa también que podría tratarse de santuarios donde el chamán o brujo llevaría a cabo ritos mágicos de los que poco sabemos. Tampoco sabemos descifrar los numerosos signos y símbolos abstractos, quizá sean símbolos masculinos y femeninos. Hay dos escuelas importantes: la escuela franco-cantábrica y la levantina.

a) La escuela franco-cantábrica

En el norte de España y en el sudoeste de Francia, se representan exclusivamente animales, de gran tamaño, que aparecen aislados, a veces superpuestos, sin formar escenas. Los contornos están realizados en negro, con trazos ágiles y vigorosos. Las figuras están siempre dibujadas de perfil con el interior relleno de colores (rojo, negro, violeta, amarillo), en vistosas policromías de graduada intensidad. Los artistas, probablemente chamanes, observan la anatomía de los animales, ya que el parecido es necesario para conseguir la posesión mágica, y de ahí el gran naturalismo que logran en sus obras; aprovechan las irregularidades de la roca para producir mayor sensación de volumen y de movimiento.

Hay abundantes manifestaciones de esta escuela de pintura rupestre. En España las mejores están en las cuevas de La Pasiega, El Castillo, Tito Bustillo y muy especialmente Altamira, que es la cueva mejor, la más famosa y la primera descubierta en 1868 por Marcelino de Sautuola. Se la denomina la “Capilla Sextina del arte prehistórico”. Su bóveda está cubierta con bisontes, caballos, ciervos y jabalíes. En Francia destacan las cuevas de Lascaux con figuras de toros, bisontes y ciervos de gran tamaño, Font de Gaume, Niaux y Trois Frères.

b) La escuela levantina

Las pinturas rupestres del Levante español son posteriores, del Mesolítico - periodo de transición al Neolítico- y del Neolítico, con pervivencia posterior. Presentan las siguientes características: escenas de carácter narrativo (caza, danza, guerra, de recolección) en las que abunda la figura humana (hombres y mujeres), de pequeño tamaño, en movimiento, representada en forma estilizada y esquemática, sin el naturalismo del arte paleolítico. La fauna es semejante a la actual: ciervos, caballos, abejas.... Predomina la monocromía (rojo, negro y a veces blanco) y los colores son planos. Se localizan en abrigos rocosos al aire libre, porque el clima se ha suavizado al retroceder los glaciares. Las más significativas se hallan en Cogull (Lérida), Alpera y Minateda (Albacete), barranco de la Valltorta y de La Gasulla (Castellón), Cueva de La Araña, Bicorp (Valencia).

En el Neolítico la pintura evoluciona a la abstracción; hay signos geométricos (rayas, puntos, ángulos) y antropomorfos. Estos motivos geométricos se repiten en la decoración ornamental de la cerámica.