El estallido y desarrollo del conflicto

De Wikillerato

Revisión de 12:37 20 feb 2008

El 28 de junio de 1914 el archiduque heredero de Austria, Francisco Fernando, y su esposa Sofía fueron asesinados en Sarajevo, capital de Bosnia-Herzegovina, por Gavrilo Princip, estudiante serbio miembro de la organización nacionalista “La Mano Negra”.

El Imperio Austrohúngaro, apoyado por Alemania, dio un ultimátum a Serbia que no aceptó las condiciones impuestas; Austria-Hungría le declaró la guerra el 28 de julio. El conflicto balcánico se convirtió en europeo al entrar en juego las alianzas. Rusia declaró la guerra al Imperio Austro-húngaro el 30 de julio para ayudar a Serbia; Alemania a su vez declaró la guerra a Rusia el 1 de agosto y el día 3 a Francia, invadiendo Bélgica – que era neutral- el día 4 de agosto, lo que motivó que Gran Bretaña le declarara la guerra.

Al estallar la guerra, prácticamente todos los países europeos se alinearon en cualquiera de los dos bandos (Triple Alianza y Triple Entente). Sólo permanecieron neutrales España, Suiza, los Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Noruega. Italia, en principio, también se declaró neutral. La movilización de las tropas coloniales amplió los combates a África y Asia, convirtiendo el conflicto en mundial. La guerra pasó por cuatro etapas.

Guerra de movimientos (1914)

Al inicio del conflicto existía ingenuamente un clima de euforia general en el interior de los países, que cristalizó en gobiernos de unión sagrada. Ambos bandos preveían una guerra corta y trataron de obtener una victoria rápida con ataques fulminantes. En el frente occidental europeo, el más importante, las tropas alemanas dirigidas por Moltke quisieron atacar a Francia a través de Bélgica, siguiendo el Plan Schlieffen, pero los franceses bajo el mando del general Joffre les detuvieron en la batalla del Marne. El equilibrio de fuerzas hizo que nadie lograra imponerse a su rival y los frentes se estabilizaron.

En el frente oriental los rusos penetraron en Alemania Oriental, pero fueron derrotados en la batalla de Tannenberg y en los lagos Masurianos por los generales alemanes Hindemburg y Ludendorff. Austria-Hungría fracasó en su ataque a Serbia.

Se abrieron otros frentes cuando Japón y Turquía entraron en la guerra. Japón, en el bando aliado, tomó el puerto de Tsingao, posesión alemana en China. Turquía entró en la guerra en noviembre en el bando de las Potencias Centrales.

Guerra de posiciones (1915-16)

En el frente occidental los ejércitos enemigos se enfrentaron con encarnizamiento en una guerra de trincheras. Se cavaron cientos de trincheras y fortificaciones a lo largo de más de 800 kms. Ninguno de los bandos se atrevía a lanzar una ofensiva a gran escala, tratando de abrir brechas en el frente enemigo, pero sin ningún éxito. La invención de nuevas armas (aviones, lanzallamas, ametralladoras, tanques, granadas, gases tóxicos) causó miles de muertos. Las condiciones sanitarias y de vida de los soldados en las trincheras eran horrorosas.

Italia entró en la guerra junto a los Aliados en 1915, batiéndose con los austriacos en los Alpes sin grandes resultados. En 1916 tuvo lugar la terrible batalla de Verdún; esta plaza fuerte francesa resistió con el general Pétain durante seis meses los ataques alemanes, que llevaron a cabo una carnicería con más de 500. 000 muertos. El contraataque inglés y francés en la batalla del Somme fue detenido por los alemanes.

En el frente oriental, los alemanes avanzaron hasta Varsovia. Bulgaria se incorporó a la Triple Alianza y Rumania lo hizo en el bando aliado, siendo rápidamente derrotada y ocupada. Serbia fue ocupada por el ejército austriaco.

En la cuenca oriental del Mediterráneo, fracasó el intento inglés de desembarco en Gallípoli (Turquía) para controlar los estrechos de los Dardanelos y poder ayudar a Rusia.

Los submarinos alemanes intentaron imponer un bloqueo naval a Inglaterra y Francia, para cortar sus aprovisionamientos desde las colonias y América. Las flotas inglesa y alemana se enfrentaron en la batalla de Jutlandia sin un claro ganador. Los alemanes empezaron a causar graves pérdidas a las flotas de comercio aliadas; hundieron el navío de lujo inglés Lusitania, con pasajeros estadounidenses a bordo.

A la euforia del principio de la guerra sucedió una etapa de cansancio y derrota. La Internacional Socialista reunida en 1915 en Zimmerwald (Suiza) se pronunció en contra de la guerra, aunque con poco eco.

1917

En este año hubo un viraje en la guerra. Tuvo lugar la Revolución Rusa y la retirada de los bolcheviques de la guerra en diciembre, que firmaron la paz de Brest-Litovsk (1918). En abril de 1917 entraron los Estados Unidos en el bando aliado justificando su intervención por el ataque de los submarinos alemanes a su marina mercante, que abastecía a Gran Bretaña, y por el hundimiento del Lusitania. Grecia entró también en la guerra junto a los aliados. Los ingleses realizaron unas ofensivas en Mesopotamia contra los turcos, conjugadas con una revuelta de los árabes sometidos a los turcos en Oriente Próximo, liderados por T. H. Lawrence de Arabia.

Por otra parte se produjo un cambio en la actitud de las poblaciones respecto a la guerra. Los combatientes estaban cansados, en ocasiones hubo revueltas y muchas deserciones de los soldados en ambos bandos, ya que la gente anhelaba la paz aunque fuera “blanca”.

Las grandes ofensivas finales (1918)

Los alemanes atacaron con éxito Flandes y Champagne, en marzo de 1918, pero fueron detenidos por los aliados, bajo la dirección del general Foch a partir de julio. Los italianos consiguieron derrotar a Austria en la batalla de Vittorio Veneto. El Imperio Austro-Húngaro se desmoronó con la autonomía húngara y el estallido de la revolución en Praga. El emperador abdicó. También Turquía y Bulgaria se rindieron. En Alemania el Estado mayor del ejército era partidario de parar los combates y tras el estallido en Berlín del movimiento revolucionario obrero de los espartaquistas, el emperador huyó a Holanda y se proclamó la República, que firmó el armisticio el 11 de noviembre de 1918. La guerra finalizó con la victoria de los Aliados.

El balance de la Primera Guerra Mundial fue terrible. Las pérdidas humanas fueron muy elevadas, murieron unos diez millones de personas, hubo miles de heridos y unos seis millones de inválidos. El país más afectado fue Francia, con 1,4 millones de muertos o desaparecidos. Se produjo un descenso acusado de la población activa y de la natalidad.

Las pérdidas materiales también fueron considerables: pueblos y campos arrasados, fábricas, carreteras, vías férreas destruídas, etc. El comercio europeo decayó y cambió su orientación. Los países aliados perdieron durante la guerra los mercados de los Estados Centrales, teniendo que importar alimentos y materias primas de los países nuevos (Canada, Argentina, y USA) que se desarrollaron industrialmente y terminaron haciéndoles la competencia.

Los enormes gastos de guerra, tanto en el frente como en la retaguardia, endeudaron a los Estados europeos obligados a repatriar sus capitales y a pedir préstamos a USA que alcanzó la supremacía económica. Tras la paz, tuvieron que devolverlos. Hubo un aumento considerable de la masa monetaria en circulación, lo que produjo el alza de precios y una enorme inflación y depreciación de la moneda. Los aliados se vieron obligados a imponer duras sanciones a los vencidos para poder pagar las deudas, lo que a la larga será una medida contraproducente, ya que causará deseos de revancha y odio.

En todos los países se reforzó el poder del Estado para adaptarse a las nuevas condiciones creadas por la guerra, que fue total. Los gobiernos practicaron la información dirigida, efectuando una intensa y falsa propaganda ( carteles, prensa, pasquines, libros, cine, canciones..) y censurando la información.

Los gobiernos también centralizaron la economía de guerra y obligaron en Alemania al trabajo forzoso. Para resolver los problemas de mano de obra recurrieron a los prisioneros, a la población de las colonias y masivamente al trabajo de las mujeres en el campo, las fábricas, las oficinas… Surgieron con fuerza los primeros movimientos feministas, ya que las mujeres, primeras víctimas del paro de posguerra, exigieron la igualdad.

Las diferencias sociales se acentuaron con el enriquecimiento de los mercaderes de armas y el empobrecimiento de jubilados y asalariados. Los sufrimientos y la miseria produjeron el desprestigio del capitalismo y de la oligarquía. El movimiento obrero se hizo más fuerte, conociendo los sindicatos una masiva afiliación.

Los excombatientes tuvieron grandes dificultades en integrarse después de la guerra, sufriendo desequilibrios emocionales, nostalgia, deseos de revancha… inclinándose muchos a soluciones autoritarias, en especial en los países vencidos.