Arquitectura mesopotámica: templos y palacios
De Wikillerato
Al carecer la región de piedra, el único material de construcción disponible era la arcilla, utilizada en forma de adobe (barro secado al sol) o de ladrillo cocido. De ahí el espesor de los muros en los que no se podía abrir grandes vanos. Sustituyeron el dintel por el arco de medio punto y las cubiertas adinteladas por la bóveda. Para disimular la pobreza del material revistieron los muros con placas de alabastro y cerámica vidriada de colores vivos y luminosos. La fragilidad de los materiales explica que apenas hayan quedado vestigios de estas construcciones, sino montañas de escombros (tell).
Tanto en Mesopotamia como en Egipto tuvo mucha importancia la arquitectura religiosa, ya que el arte estaba vinculado estrechamente a la religión.
1. La arquitectura funeraria no tuvo un gran desarrollo. Destacan únicamente las tumbas de la necrópolis real de Ur, de la segunda mitad del III milenio, que constaban de una cámara funeraria cubierta con falsa cúpula donde guardaban un rico ajuar funerario y se hallaron muchos cadáveres de familiares y sirvientes sacrificados para acompañar al difunto.
2. El modelo de los templos, a los que los fieles podían entrar a rezar libremente, se debe a los sumerios. Constaban de un espacio rectangular o cuadrado, donde se hallaba el altar y la mesa de ofrendas, al que se fueron añadiendo otros espacios y un patio, en torno al que estaban las habitaciones de los sacerdotes y funcionarios, almacenes, etc. Dentro del templo destacaba el zigurat, una gran torre escalonada de varios pisos en cuya cima se encontraba un santuario al que se accedía mediante rampas. El conjunto se rodeaba de un cinturón de murallas que a veces englobaba más de un templo. Debido a la fragilidad de sus materiales, existen pocos zigurats; el mejor conservado es el de Ur (2.100 a. C). Es famoso también el de Babilonia, identificado con la Torre de babel. En arquitectura civil el monumento más importante es el palacio. Los reyes mesopotámicos, considerados enviados de los dioses, construyeron templos-fortalezas amurallados, con numerosas dependencias en torno a patios. Los más importantes son los grandes conjuntos palaciales de los belicosos asirios, como el de Sargón II en Khorsabad, del siglo VIII a C. De colosales dimensiones, estaba edificado sobre una terraza elevada a la que se accedía por rampas y rodeado por una muralla torreada cuyas puertas monumentales estaban decoradas por gigantescas estatuas de toros alados antropomorfos de piedra. El interior del palacio se organizaba en torno a un gran patio al que confluían todas las habitaciones. Los salones estaban decorados con cerámica vidriada y relieves de cacerías y guerras destinados a manifestar el poder real. En las terrazas se disponían a veces jardines. Los palacios asirios fueron el modelo de los palacios medievales (bizantinos, árabes y cristianos).
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