La escultura griega y su evolución.
De Wikillerato
La escultura griega tiene varias funciones: intelectual: representa los ideales de determinadas clases: kuroi (aristocracia) y escultura clásica (democracia), religiosa: representa a los dioses, estética (refleja la belleza basada en un canon) y conmemorativa (placas y retratos). Entre sus características destacan: 1. Uso mayoritario del bronce frente al mármol, si bien la falta de muchas piezas originales nos llevan a estudiarlas a través de las copias romanas realizadas en mármol. 2. Policromía (pintura y postizos en los bronces: láminas de plata sonrosadas en labios, incrustaciones en pasta vítrea en ojos y rodetes de cuero en pezones). 3. Idealización e importancia del desnudo unido al predominio de la figura humana con gran estudio de la anatomía (hidrartosis) y principio de diartrosis (acentuando la división entre el tronco y las extremidades). 4. La armonía de las proporciones, estableciendo una relación numérica que se definirá en el canon de belleza. Fijaron como módulo la cabeza y a diferencia de los egipcios, variaron el canon con el transcurso del tiempo, cambiando la proporción armónica de siete a ocho cabezas. 5. Rompieron la ley de la frontalidad al adoptar la postura del contraposto (una pierna flexionada y otra recta como sostén), desnivelándose la línea recta de las caderas.
Evolución
Al hablar de la evolución tenemos que partir de los precedentes de las culturas minoica, micénica y cretense, donde observamos ya el antropomorfismo, las pequeñas figurillas de terracota y la influencia oriental. Estos rasgos siguen siendo en parte visibles en las obras del período geométrico y orientalizante (S.XII-VII a.C.), donde encontramos pequeñas piezas realizadas en bronce y arcilla, de escaso realismo y sobre todo, en el período arcaico (S.VII-VI a.C). En éste, nos encontramos con figuras humanas de tamaño natural que exaltan el desnudo masculino como expresión de belleza, carecen de soporte, van adquiriendo mayor plasticidad en el modelado y aún tienen arcaísmos como la sonrisa arcaica y los ojos almendrados. Sus principales exponentes serán los Kuroi y las Korai.
Período Clásico: S.V-IV a. C. Este período es de tal productividad que dentro de él distinguimos varias fases. No obstante, a nivel histórico hay que señalar ciertos hitos que tendrán gran relevancia en el arte como la victoria frente a los persas que trajo al Ática una época de esplendor sin parangón y la posterior conquista macedónica que sumió a los griegos en la incomprensión y la angustia. En el período severo asistimos a un modelado muy cuidadoso de los cuerpos e integra a los personajes en el espacio y se usa mucho el bronce. Entre las obras más significativas destacarían el Efebo Critio, los relieves del Templo Afaia en Egina, Grupo de los Tiranicidas, Poseidón o el Auriga de Delfos. El Clasicismo del S.V Esta etapa es la de mayor clasicismo, al culminación de lso logros de la escultura clásica griega a través de características como: 1. Búsqueda de una belleza física ideal (para ello estudian las proporciones que debía tener el cuerpo humano y lo someten todo a esa ordenación numérica = canon). 2. Dominio del naturalismo (quieren representar la naturaleza tal como se ve pero corrigiéndola o mejorándola según las normas de pensamiento) 3. Representación de humanidad equilibrada con ideales propios de un mundo de dioses y héroes. 4. Temas mitológicos tratados con seriedad (la belleza es factor de religiosidad) 5. La escultura y relieves en piedra están policromadas y las zonas desnudas cubiertas de cera para mayor realismo. Entre los escultores más significativos tendríamos que hablar como iniciador y predecesor de Mirón, conocido como el representante del movimiento, algo que se plasma en obras como el Discóbolo. Fidias: Se puede considerar que es el gran imaginero occidental porque no se queda en la apariencia estética sino que busca provocar la devoción. Así, sus creaciones divinas tienen las características de imagen devota: hermosura del rostro, honesto ademán y gallarda postura y transmitió al panteón olímpico el nous que Anaxágoras definió como el espíritu. Sus dioses se caracterizan también por sus actitudes relajadas y medida humana que los acerca al ser humano. Destacan entre sus obras, tres imágenes de Atenea con la advocación de Promakhos, Lemnia y Parthenos así como el monumental Zeus de Olimpia que fue incluido entre las maravillas del mundo antiguo. Ninguna se conserva y son conocidas por copias y descripciones literarias. Al margen de su amplia estatuaria, hay que recordar que a Fidias y su escuela correspondió la magnífica decoración del Partenon, incluyendo los frontones que narran el nacimiento de Atenea y la lucha de ésta con Poseidón así como el friso de las Panateneas, que recorre el muro de la cella y constituye uno de los mejores ejemplos de la técnica de los paños mojados, el movimiento y los efectos de claroscuro. Policleto: Es el gran escultor de los atletas en bronce. Además, es un teórico de la escultura como se observa en su obra El Canon, tratado donde define lo bello como una ordenación. Esta teoría la llevo a la práctica en su obra el Doríforo que presenta los logros de la escultura griega del siglo V: ideal de belleza basado en 7 cabezas, principio de diartrosis y ruptura de la ley de la frontalidad con el contraposto. Sus atletas son exaltados con rasgos divinos como s eobservará en otro de sus famosos efebos, el Diadúmeno, captado en el momento que se ciñe la cinta de los campeones atléticos. Escultores del S. IV a.C En este período, el ánimo de los griegos está hundido por las guerras, existe una preocupación por la experiencia personal en lugar de colectiva, un tratamiento más cotidiano e intimista de los temas religiosos y un creciente realismo manifestado en el mayor cultivo del retrato. Tres tendencias aparecerán: la charis praxiteliana, caracterizada por expresar las emociones líricas, el pathos escopásico para explotar el estado dramático y la fusión que hace de ambas tendencias Lisipo, el último de los clásicos, acuñando un nuevo canon de belleza ideal del cuerpo humano, inspirado en ocho cabezas. Praxíteles: Aprendió con su padre, Celisódotos el Viejo y el pintor Nikias fue su habitual policromador. Obras de su juventud como el Sátiro escanciador y el Apolo sauróctono apuntan la fórmula de su estilo maduro: temas agradables, llenos de encanto, tratados con suavidad y reflejados a través de un rítmico contoneo sinuoso que se llama Curva praxiteliana. Su obra maestra es la Afrodita saliendo del baño que le compraron los ciudadanos de Cnido. (También llamada Afrodita de Cnido) y constituye el primer desnudo íntegro femenino del arte griego, con tal gracia y serenidad hizo que fuera muy solicitada y fuera reproducida infinidad de veces. El único original que se conserva es Hermes con el niño Dionisos en brazos, ofreciéndole un racimo de uvas al que luego será el dios de la embriaguez. Scopas: Frente a Praxíteles, Scopas ahonda en los estímulos patéticos, dando origen a individuos atormentados e inflamados de pasión. Representa héroes trágicos como Meleagro y muestra disposición por los irracionales y embriagados integrantes del cortejo de Dionisos como se observa en la Ménade furiosa, retratada en plena orgía y que muestra el pathos escopásico, que el artista conseguía al contemplar el dinamismo del cuerpo con sus rostros de bocas anhelantes y ojos profundos. Finalmente, hay que recordar que es el escultor de la decoración del Mausoleo de Halicarnaso. Lisipo: Este broncista y vuelve los ojos hacia el Doríforo revisando el canon de belleza y convirtiendo la cabeza en una octava parte de la altura total del cuerpo humano y plasmándolo en el Apoxiomeno. Este atleta desnudo que se limpia el linimento con el estrígilo después del ejercicio, se convertiría así en el último eslabón de la cadena iconográfica del kuros. Además destaca por ser el retratista de Alejandro Magno, famoso por la expresión de “león” que le otorgaba a todos sus bustos. Entre su amplia producción, destacamos también el Ares Ludovisi, con expresión de indiferencia, postura relajada y tono clásico, Eros tensando el arco, Hermes Landsdowne y Hércules Farnesio.
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