La unificación de Italia

De Wikillerato

El rey Víctor Manuel II

Tras el Congreso de Viena (1815), Italia quedó dividida en siete estados: en el norte Lombardía y Venecia (ambos en manos de Austria) y el reino de Piamonte-Cerdeña, bajo la casa de Saboya; en la Italia Central los Ducados de Parma, Módena y Toscana, gobernados por príncipes austríacos, y los Estados Pontificios : en el sur el reino de las Dos Sicilias en manos de los Borbones.

Las ideas nacionalistas que buscaban la unificación y la liberación de Italia se habían extendido entre la burguesía a través de la labor de sociedades secretas como los Carbonarios, que llevaban a cabo conspiraciones y revueltas contra la Restauración y el orden establecido. Surgió entre los intelectuales un movimiento cultural, el Risorgimiento, que ensalzaba el glorioso pasado de Italia y soñaba una Italia unida y fuerte tras el fracaso de los patriotas en las revoluciones de 1830 y 1848.

Todos los nacionalistas querían la expulsión de los austriacos, pero oscilaban entre tres programas y estrategias para conseguir la unidad:

1. Una República unificada, democrática y laica instaurada mediante la insurrección popular y la guerra contra los austriacos: era la opción que defendía el antiguo carbonario Mazzini, fundador de la Joven Italia, de fuerte concepción espiritualista y romántica, no tenía apenas apoyo social ya que las poblaciones rurales, inertes e iletradas, se mantuvieron sordas a las incitaciones a la revuelta al respetar los republicanos la propiedad privada. Esta era también la opción de Garibaldi.
2. Una Confederación presidida por el Papa: era la opción neogüelfa propuesta por el abate Gioberti.
3. Una Monarquía constitucional: era la opción defendida por Victor Manuel II, rey del Piamonte, y su ministro Cavour. Esta opción era la más pragmática y viable tras el fracaso de la revolución de 1848. Camilo Benso, conde de Cavour, había modernizado el reino llevando a cabo una serie de reformas, fomentando la industrialización y el librecambismo, lo que supuso la aparición de una sólida burguesía. Acogió a todos los patriotas perseguidos en el Piamonte, el único estado de régimen constitucional en Italia, lo que despertó las simpatías para la casa de Saboya. Cavour quería una Italia unida en torno al reino del Piamonte, pero estaba convencido de que Italia no lograría la unificación sin ayuda de una potencia exterior, debido a la presencia de Austria. Por eso buscó la amistad del emperador de Francia, Napoleón III, e hizo participar al Piamonte en la Guerra de Crimea (1854-56) para conseguir su ayuda.

El proceso de unificación

El proceso de unificación (1859-1870) se llevó a cabo en distintas fases:

1. 1ª fase: Guerra Franco-Austriaca (1859). Tras la entrevista de Cavour con Napoleón III en Plombières en julio de 1858, se acordó la intervención francesa en Italia. Francia recibiría como compensación Saboya y Niza a cambio. El ejército franco-piamontés derrotó a los austriacos en las batallas de Magenta y Solferino y los italianos consiguieron que Austria les entregase Lombardía, que fue incorporada al reino del Piamonte. Pero Napoleón firmó en julio el armisticio de Villafranca con Austria ya que quería la independencia de Italia pero no su unidad. Los italianos se sintieron traicionados.
2. 2ª fase: anexión a Piamonte por plebiscito de toda la Italia Central (Parma, Módena y Toscana) en 1860. Ese mismo año,el republicano Garibaldi, con un ejército de voluntarios, los «Mil camisas rojas», conquistó Sicilia y Nápoles gracias al apoyo popular, convirtiéndose en un héroe romántico. El movimiento de tenaza de las tropas piamontesas y de los Mil de Garibaldi a través de la península culminó con la proclamación del reino de Italia en marzo de 1861. Víctor Manuel II se convirtió en rey de Italia. Para evitar la división de los nacionalistas Garibaldi había renunciado a proclamar la República tras entrevistarse con Víctor Manuel.
3. 3ª fase: Guerra Austro-Prusiana (1866). Tras la derrota de los austriacos en la batalla de Sadowa, Austria entregó Venecia a los italianos que habían apoyado a los prusianos. Sólo quedaban los Estados Pontificios, la llamada “cuestión romana”. Francia protegía al Papa con una importante guarnición francesa.
4. 4ª fase: Guerra Franco-Prusiana (1870). Los italianos ocuparon Roma al retirarse los franceses tras su derrota en Sedán frente a los alemanes y anexionaron los Estados Pontificios, pese a la oposición del Papa a quién se le concedió el Estado del Vaticano. Roma se convirtió en la capital del reino de Italia.

El nuevo Estado se encontró con varios problemas. La unidad de Italia era ya un hecho, pero aún quedaron en manos de Austria Istria, Trento y el Tirol del Sur, llamadas las provincias irredentas. La unificación no significó la igualdad real de Italia, ya que había enormes diferencias entre la Italia del Norte, rica, industrializada y moderna, con la Italia del Sur, pobre, campesina y atrasada. Además, el Papa, contrario a la unificación, excomulgaba a los que osaban participar en las elecciones por lo que el sistema político será muy inestable, debido a la escasa participación política de los católicos.