José Zorrilla
De Wikillerato
Línea 1: | Línea 1: | ||
- | Nació en Valladolid en | + | Nació en Valladolid en 1817. Estudió leyes, aunque no llegó a terminar la carrera. En 1850 se trasladó a París y en 1854 a Méjico. Regresó a España en 1866, para ausentarse de nuevo en 1871, comisionado por el gobierno para visitar archivos y bibliotecas en Italia y Francia. Fue elegido académico de la lengua en 1848. Murió en Madrid en 1893. |
José Zorrilla busca un ultrarromanticismo que encuentra en la vuelta al Siglo de Oro y su dramaturgia. Para él, lo histórico ya no es una mera ambientación, sino un objeto; es decir, encuentra su arsenal de temas y argumentos en la propia historia de España, en sus leyendas tradicionales. | José Zorrilla busca un ultrarromanticismo que encuentra en la vuelta al Siglo de Oro y su dramaturgia. Para él, lo histórico ya no es una mera ambientación, sino un objeto; es decir, encuentra su arsenal de temas y argumentos en la propia historia de España, en sus leyendas tradicionales. |
Revisión de 10:41 22 jun 2008
Nació en Valladolid en 1817. Estudió leyes, aunque no llegó a terminar la carrera. En 1850 se trasladó a París y en 1854 a Méjico. Regresó a España en 1866, para ausentarse de nuevo en 1871, comisionado por el gobierno para visitar archivos y bibliotecas en Italia y Francia. Fue elegido académico de la lengua en 1848. Murió en Madrid en 1893.
José Zorrilla busca un ultrarromanticismo que encuentra en la vuelta al Siglo de Oro y su dramaturgia. Para él, lo histórico ya no es una mera ambientación, sino un objeto; es decir, encuentra su arsenal de temas y argumentos en la propia historia de España, en sus leyendas tradicionales.
En 1839 Zorrilla estrena tres obras con clara influencia del Siglo de Oro: Más vale llegar a tiempo que rondar un año, verdadera comedia de capa y espada; Ganar perdiendo, casi un bosquejo del Tenorio, y Cada cual con su razón, comedia de intriga con férrea observancia de las unidades, pero que desemboca en el sentimentalismo, las antítesis y las inverosimilitudes propias de un drama romántico.
En 1840 y 1842 aparecen respectivamente la primera y la segunda parte de El Zapatero y el rey, sobre la figura del rey Don Pedro, el cruel. De 1842 es Sancho García, sobre la leyenda del Conde de Castilla recogida en la Crónica General de España, tema tratado antes por Cadalso en Sancho García (1771) y Cienfuegos en La condesa de Castilla (1803).
En 1843 lleva a las tablas El puñal del godo, sobre la leyenda de Don Rodrigo y el conde Don Julián; El molino de Guadalajara, complicada y efectista visión de la Baja Edad Media; y El caballo del Rey Don Sancho.
En 1844 se estrena Don Juan Tenorio, que marca la culminación del Romanticismo. Ante esta obra, la crítica se encuentra dividida:
- Unos consideran el de Zorrilla como el mejor Don Juan del siglo XIX, y aun de todos los tiempos.
- Otros opinan que la obra adolece de poca reflexión, infantilismo, improvisación, verbosidad, inconsciencia y confusión de ideas.
¿Cómo fue posible el éxito del Don Juan?
- Unión de un planteamiento sencillo y un desarrollo complejo pero siempre claro.
- La obra está dominada totalmente por el protagonista, ya no mozo sensual y tosco, como en Tirso ni hombre perverso y solapado, como en Molière, sino galán desenfadado, disipado, con cierta elegancia, que lleva en su alma la dignidad y el valor de los españoles del siglo XVII, con las contradicciones y sutilezas de un héroe romántico.
- El autor tuvo el acierto de dejar a un lado el moralismo y devolver al Don Juan su carácter de drama de salvación.
Otro texto de Zorrilla marca para la crítica el momento de crisis del Romanticismo español, por lo menos de sus grandes obras. Traidor, inconfeso y mártir (1849) pasa por ser su obra maestra. El tema gira en torno al misterio del rey Don Sebastián de Portugal, desaparecido en la batalla de Alcazarquivir. Se juntan aquí la leyenda cargada de mesianismo político que espera la vuelta del rey Don Sebastián con la anécdota del pastelero de Madrigal que, por su gran parecido físico, se hizo pasar por el rey. El acierto de Zorrilla, muy romántico, está en hacer que sea Don Sebastián el que se hace pasar por pastelero, en lugar de lo contrario, que parece que fue lo histórico. La habilidad de Zorrilla está en haber sabido unir el diálogo con la acción en una progresión intensificada, en creciente tensión, que desemboca en una muerte aceptada, como consecuencia de una actitud noble, que revela toda la hondura de la personalidad del protagonista.
A su obra poética -que él veía no como fruto de meditación o expresión imperecedera de una verdad, sino como efusión espontánea de la inspiración que apelara elementalmente a las emociones y sensaciones del lector- le falta profundidad de sentimiento y visión original. No obstante, es considerado como el poeta más sobresaliente del romanticismo conservador e historicista, tras el Duque de Rivas, cuyos Romances históricos ejercieron una influencia básica en su formación.
La crítica destaca como principales defectos de sus poemas, los siguientes:
- Predominio de la imaginación sobre el sentimiento,
- de la descripción sobre la acción y
- de la grandilocuencia sobre la expresión poética natural.
Pero no es siempre así. A veces,
- sus versos son tan diáfanos e inquietantes como los más característicos de Bécquer, y
- su cromatismo, su dominio de los ritmos y de las formas métricas parecen anunciar a Rubén Darío.
La contribución más original de Zorrilla a la poesía romántica fue el descubrimiento de la leyenda tradicional, en la que, con una asombrosa eficacia, aplicó el estilo dramático y la plasticidad del Duque de Rivas a historias que habían formado parte de las creencias populares a lo largo de las generaciones. En sus mejores leyendas (Para verdades el tiempo y para justicia Dios, A buen juez, mejor testigo, El capitán Montoya, Margarita la tornera), el clímax de la trama alterna con la emoción, el diálogo dramático con la descripción lírica y la intervención milagrosa proporciona imprevisibles y sugestivas rupturas. Pero sus historias son lineales, sin ninguna significación que vaya más allá de su reelaboración de una tradición popular.
Enlaces externos:
- Obras en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
- Obras en Wikisource.
- José Zorrilla: una "autocrítica" en verso de Don Juan Tenorio.
- Peter A. Bly. Don Juan Tenorio de Zorrilla: opiniones galdosianas y clarinianas.
- Alvaro Custodio. Eva y Don Juan.
- Salvador García Castañeda. Introducción a José Zorrilla, «Leyendas» (Cátedra, 2000).
- Ángel González Hernández. Don Juan o la deseducación.
- Manuel de la Revilla. Boceto literario de Don José Zorrilla.
- Tomás Salas. Don Juan Tenorio y el esperpento .
- Gonzalo Suárez. Don Juan en los infiernos.
Volver a El teatro romántico.
Tweet